A veces buscamos grandes soluciones para sentirnos mejor, y olvidamos lo más simple: cómo nos movemos cada día.
Subir escaleras, levantarnos del sofá, agacharnos a coger algo del suelo… son gestos tan cotidianos que no les damos importancia. Pero cuando se hacen mal (con tensión, desequilibrio o prisa), el cuerpo empieza a avisar: dolor lumbar, molestias en las rodillas, rigidez en la cadera, fatiga muscular.
Y no es por la edad.
Es por la falta de conciencia corporal.
Por eso estoy preparando un curso muy especial basado en el método Stretch & Recovery, donde enseño cómo aliviar el cuerpo desde el autocuidado y la escucha. Y uno de los gestos más importantes que tratamos es aprender a subir y bajar correctamente.
Cuando te mueves con conciencia, todo cambia:
– Tu espalda se alinea
– Tus articulaciones se protegen
– Tu energía mejora
– Y recuperas confianza en tu cuerpo
Este tipo de estiramientos y movimientos suaves no solo sirven para personas mayores o con dolor, sino para cualquier persona que quiera vivir mejor en su cuerpo.
No hace falta tener flexibilidad ni hacer cosas complicadas. Solo presencia, intención y amor propio.
💛 Porque moverse bien también es una forma de quererse.
Y tu cuerpo te lo va a agradecer.
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