Dios llama – Hoy
Por Marta Guzmán
Hoy me despertó una frase.
Tan clara, tan real, tan dulce, que supe al instante que no venía de mí.
“Dios llama.”
“Dios llama a tu puerta.”
Eran las dos y algo de la madrugada.
Me encontraba soñando con cosas simples —regalos de Navidad, imágenes sin importancia—, cuando esa voz me traspasó el alma.
No fue pensamiento, fue presencia.
Una presencia que comenzó a moverse en mí, llenando mi garganta, mi pecho, mi interior más femenino, como un río de ternura viva.
No podía pensar, solo sentir.
Y entonces lo escuché de nuevo, suave pero firme:
“¿Me quieres a Mí?”
“Sí, a Ti”, respondí sin dudar.
Y en ese instante, todo lo material —los nombres, las marcas, los objetos— se disolvió.
Era como si todo lo superfluo se hubiera derretido ante la evidencia del Amor.
Él volvió a hablar:
“¿Estás preparada?”
“Sí, Señor… creo que sí. Tú sabes más que yo.”
La voz sonrió dentro de mí:
“¿Estás preparada para liderar, para iluminar, para dar testimonio, para ser luz?”
Mi alma tembló. No de miedo, sino de certeza.
Respondí como Pedro, con torpeza y amor: “Sí… si Tú quieres.”
Y la pregunta se transformó en afirmación:
“Sí estás preparada.”
Entonces comprendí que no se trataba de promesas, sino de presencia.
Dejar que Él hiciera en mí lo que quisiera hacer.
Sin resistencia, sin duda.
Solo dejarlo entrar.
🌸
Cuando Dios toca hoy
Todo se volvió silencio y plenitud.
Una paz profunda me llenó de arriba a abajo, mientras esa energía se movía dentro de mí, suave como olas pequeñas que llegan a la orilla.
No quería mirar el reloj, pero cuando por fin lo hice, marcaban las 2:28 AM.
Sonreí.
Dios puede llamar a cualquier hora.
Y cuando lo hace, lo sabes.
Me levanté, puse a calentar una infusión y comencé a escribir mientras seguía sintiéndolo.
No era sueño, ni imaginación, ni deseo: era una certeza.
Él estaba aquí.
Y Su amor seguía moviéndose en mí, tan real que las palabras se quedaban cortas.
💫
El eco en el día
Al amanecer, todo siguió fluyendo con una precisión perfecta.
Salí del gimnasio y el reloj marcaba 9:26.
Tenía que llegar a casa para abrir mi mentoría dominical en Aprende a Vivir Pensando en Ti.
Y, sin embargo, no tuve prisa.
Algo dentro de mí sabía que iba a llegar justo a tiempo.
Y así fue.
Cuando estás alineada con lo divino, el tiempo se alinea contigo.
Cada minuto encaja.
Cada gesto cobra sentido.
Cada hora se convierte en mensaje.
Hoy comprendí que “Dios llama” no era solo una frase para mí, sino un recordatorio para todos:
Él llama, sí, pero también enciende.
Su llama no es solo la del fuego que arde; es la que despierta, la que ilumina, la que renueva el alma.
🌹
El sentido de la llamada
No sé qué me pedirá después de esto.
Si será una misión nueva, un movimiento interior o simplemente seguir dejando que me transforme.
Pero sí sé que no se trata de entender, sino de rendirse.
Dejar que Él haga.
Dejar que su fuego arda.
Porque cuando Dios llama, no viene a imponer, sino a amar.
No pide perfección, pide disposición.
Solo pregunta:
“¿Me dejas entrar?”
Y si hoy me despertó con esa frase es porque, de alguna manera, nos la está diciendo a todos:
“Dios llama.”
A tu puerta, a tu alma, a tu cuerpo, a tu historia.
La pregunta no es si estás preparada.
La pregunta es si vas a abrir.
✨
Reflexión para ti, hoy
¿Y si en lugar de sugestionarte con el miedo, lo hicieras con el amor?
¿Y si eligieras creer con toda tu fuerza en tu mejor versión, en la presencia que te habita, en la luz que te llama?
Tal vez eso sea responder.
Tal vez eso sea vivir despierta.
Y poder decir con todo el corazón:
“Sí quiero. Sí, Abba.”
📍 MGM by Marta Guzmán
Aprende a Vivir Pensando en Ti
