¿Cómo dejar de ser una perdedora? Todo está en ti, todo está en mí.Hay muchas cosas que son las que te hacen fallar y que estés todo el día sumido en la misma rueda de hamster. Estás atrapada o atrapado y no sabes cómo salir.
Lo intentas pero no puedes. Todos los días es lo mismo. Curiosamente cuanto más te lo propones más difícil es cambiar y cada vez que lo intentas sufres más. Lo pasas peor. ¿Por qué? Pues porque vuelves a caer, porque vuelves a fallar, y te sientes una perdedora, sí, o un perdedor. Vuelves a repetir tus patrones que tienes instaurados desde siempre, o desde hace unos años y es imposible salir. Todo se te hace cuesta arriba y te mina más en tu estado de humor, en tus relaciones y por ende, en tu día a día. Es normal, lo entiendo porque yo también he estado ahí y me he sentido así. Y es que nadie nos ha enseñado a vivir aunque creamos que sí, nadie nos ha enseñado a dejar de ser unas perdedoras y enseñarnos a vivir ganando. Y cuando vienen mal dadas a poder afrontarlo de otra forma sin que nos suponga un trauma.
Vamos dando palos de ciego, agarrándonos al primer tronco que pasa y amoldándonos con frases en plan (jajaja, cada vez estoy más Millenial o X o Z): «¡Qué vida de mierda!»; «La vida es una mierda». «¡Qué pena de vida!». «Solo hemos venido a sufrir». «Bueno esto ya cambiará»; » A ver si tengo tiempo»; «Cuando lleguen las vacaciones». Al final desencadena en un «¡Qué pereza!» y todo se te hace un mundo. Eso por no contar con los: «Y si…», «Cuando», «Es que…». Pues sí, si continúa teniendo esos pensamientos y relacionándote con ellos así porque no va a cambiar nada. Sí, es así de duro pero es así.
Sin embargo, te haces a la idea y crees que eres feliz pero no es cierto. Estás escapando de tu triste realidad. Comprarte una falda o el coche que te gusta no va a cambiar porque al tiempo, te vuelves a sentir vacío. Te rodeas de la gente que quieres, de amigos, haces planes, pero son efímeros y pasan en el tiempo.
Además, las relaciones sociales no son tan fáciles. Esa que dice ser tu amiga te hace sentir mal. No entiendes por qué se comporta así. Esa palabra que te han dicho en casa o en el trabajo. Es una situación más que complicada que se te sube a la cabeza y no la puedes dejar ir. Se queda y se queda y ese pensamiento te lleva una y otra vez al mismo pensamiento y a la misma idea. Bueno, o mejor, o peor dicho, se va haciendo cada vez más grande que hasta la puedes mascar una y otra vez.
Hay un punto en el que esto puede cambiar, como vas a poder comprobar en el vídeo aunque te duela pero es el principio de una nueva vida, de tu camino de transformación y de lograr todo aquello que te propongas.