Privación, temor de Dios, limosna (como término de dar de obligación como impuesto revolucionario) son palabras roja que echan para atrás a cientos, a miles, a millones de personas para verse envueltos del amor a Dios, del amor de Dios, para sentirse en la vida. Llámalo como quieras: Dios, Inteligencia Infinita, Yo Superior, Consciencia Maestra, Universo, Vida… A la Fuente le da igual como le llames, eso solo depende de los hombres, de la Matrix,
¡Qué lastima que tan solo unas palabras mal interpretadas y carentes de fuerza hagan que separen del AMOR de la Vida, de tu Vida, del sentir permanentemente, de vivir permanente en AMOR, descubriendo el SER de AMOR que eres y que es la Fuente Infinita de la que beber!
De ella depende, de ella pende tu felicidad. Tú éxito, está a una decisión de distancia. O la atraviesas y rompes esos miedos o dejarás de disfrutar, o mejor dicho, te privarás de vivir en goce verdaderamente, absolutamente.
Volvemos a lo mismo de cuando uno se priva de ser su mejor versión (porque todo es lo mismo y es lo que no estás siendo capaz de ver ahora o sí) de levantarse antes para cuidarse verdaderamente, cuerpo, mente, espíritu.
Sin embargo, si tenemos a alguien enfermo al lado, hijos, padres pareja, familia, amigo, mascota, y sobre todo mascota. Nos levantamos sin más a hacerlo. En unos casos con cariño, con entrega y otros, sentimos que es obligación y sienta hasta mal. Sienta mal y hasta lo expresamos continuamente de: «Tengo que cuidar de, tengo que… tengo que levantarle, darle la pastilla, llevarle al baño…», lo que sea. Se convierte en millones de casos en una carga… a todos nos ha pasado y, especialmente, cuando se convierte en un proceso en el tiempo. No es fácil en todos los casos. Hay momento muy difíciles y en otros pensamos hasta en la palabra herencia. Es humano, es normal… Eso no es divino y es un trabajazo, un paso de gigante.
Aunque, a veces, luego duele pensar, vernos y sobre todo SENTIRNOS cuando nos sienta mal, muy mal como actuamos. Nos avergonzamos. Como cuando nos hemos sentido – que ves, también es diferente, siendo muy duros con alguien o nos enfadamos.
Todo esto daña al corazón, nos daña en nuestro interior porque se genera culpa, una culpa gratuita, ridícula y absurda aunque con un coste emocional… importante.
Como dice mi querida Lara Ferreiro, psicóloga y autora de Adicto a un Gilipollas y Ni un capullo más, aunque parezca que no tiene mucho que ver: ¡Un rollete de un rato, un polvo con alguien, vamos un, Aquí te pillo, aquí te m4to, dos años de dolor! ¿Lo ves más claro?
El amor de cuidar a una mascota, la diferencia sutil
Sin embargo, cuando una persona se tiene que levantar a cuidar a su mascota el sentimiento de carga, de obligación, no es que desaparezca, es que NO EXISTE. Se hace desde el amor. SÉ ES AMOR.
Observar, observarte aquí es importante.
Si bien la Iglesia, las religiones están intentando reparar esos mensajes que se han ido interiorizando, impregnando cual chapapote en la CPU cerebral y por los cuales ya cortacircuita porque XXX ha dicho -la mejor excusa y la peor excusa a encontrar la felicidad, es cómo privarte de comprar un billete en Business Class, es no darnos cuenta que no me estoy privando de mi Business Class, que sí que voy a llegar pero, ¿cómo nos gusta el Business Class? Sin colas, sin apreturas, con espacio para mí, con atenciones, cuidados, mimos, viendo todo en primera línea… la cosa cambia, es que es diferente-…
Esto es algo que les sucede como a cualquier Institución, firma o marca, tú, solamente tú y o yo, tenemos que olvidar, dejar de lado los significados de esa palabras, de esos miedos a las palabras, porque solo son miedos. Nos ponemos en modo lucha y huyes o en modo temor y huyes también.
Y lo único que cortacircuita es nuestra CPU cerebral que se queda con lo que le da la gana. Huyo, paso de ese mensaje pero luego lo tengo como dogmático. Y las religiones como los médicos dan diagnósticos, no son sentencias.
Dios no sentencia, y a mí, ninguna religión, ni ningún dogma no me va a hacer que no crea en Dios, que no crea a Dios, que no crea en mi Inteligencia Infinita, en mi Yo Superior.