Hoy es el día del padre. Y me encantaría felicitarle por todo lo que me ha enseñado y aportado. A que todo lo que ha hecho, lo ha hecho con las herramientas que tenía y disponía. A disculpar. Y a que, por encima de todo nunca echarme en cara nada. A unir a su mujer y a sus hijas, aunque luego necesite sentirse esa autoridad con ella y nosotras, ese lugar. Ser hombre hoy con todo lo que se ha vivido y estereotipado no es fácil porque un hombre nunca llora, un hombre protege a su familia, ser perfecto.
Mi padre nunca me ha puesto la mano encima, aunque una mirada lo decía todo.
No recuerdo jugar con él mucho excepto cuando nos íbamos al campo a jugar allí a la pelota. Sí que recuerdo cuando me hacía fotos con su cámara que perdió o lo que fuera.
Hoy es el día del padre. Y me encantaría felicitarle por todo lo que me ha enseñado y aportado. A que todo lo que ha hecho, lo ha hecho con las herramientas que tenía y disponía. A disculpar. Y a que, por encima de todo nunca echarme en cara.
Mi padre nunca me ha puesto la mano encima, aunque una mirada lo decía todo.
No recuerdo jugar con él mucho excepto cuando nos íbamos al campo a jugar allí a la pelota. Sí que recuerdo cuando me hacía fotos con su cámara que perdió o lo que fuera
A que tiene más vidas que un gato. A que cuando no te cuidas y lo das todo por el trabajo casi le perdemos por sus malos hábitos. Fumaba, se tomaba una cervecita y que el comer no era tan importante. Casi le lleva a una caja de pino. A que no cuidarse es enfermar. Una gastroenteritis vírica casi se lo lleva cuando tenía 16 años. A que cuando después de 18 días en la UVI mi madre dijo: ¿Te atreves a ver a papá? Le puede venir bien porque se quiere quitar los cables y no quiere continuar”.
“Claro, mamá, ¿acaso lo dudas?”. 33 años después sigue aquí.
Pero como no hay dos sin tres, cuando se arruinó sus arterias, que no su corazón dijeron hasta aquí. Y ahí volví a comprobar como el dolor enferma y liquida.
Mi padre me enseñó a levantarme una y mil veces si te caes.
Mi padre me enseñó que, aunque sea duro, a un padre nunca se le caen los anillos. Que después de que te arruines por la crisis del 2008-2010 uno se levanta.
Que aunque tengas 62 y todo el mundo busca la jubilación y como trampear esos años, él me daba un Curriculum para que lo entregara en una agencia de trabajo temporal aunque por su edad nunca le fueran a llamar.
A confiar en su hija par que le hiciera su Curriculum de 3 páginas aunque viendo él cientos y a estar trabajando desde los 14 años, no supiera ni como se tenía que hacer en pleno siglo XXI. Aunque sabía lo más importante, contar todas su habilidades, esas que no importan a los de RRHH.
A ser valiente aunque le vieras que un día, o varios días, l ver que se había destruido todo, se quería ir de aquí y ser tú más fuerte que él para estar junto a él.
A que la mayor autoridad, y la más humanidad es cuando le ves temblar al ver que no puedes asegurar y dar estabilidad a tu familia, aunque yo no sabía que en mi casa había lo que había hasta que todo se fue a pique porque yo tenía mi trabajo y no necesitaba nada.
A que tu equipo, a que tus empleado son más importantes que tú y que, aunque no haya para comprar en tu casa o encender la calefacción, cambiar la calefacción por una chimenea. Y a no poder encender la calefacción pero pagar a todos tus empleados.
A que la honestidad con tus empleados está por encima de todo, aunque en casa intentara camuflar la situación y seguir tirando del carro para que tu mujer no tenga miedo.
A ser el más amoroso y cuidadoso abuelo.
A que duele decir perdón, disculpas, y asumir tus errores porque quieres seguir siendo el hombre, el cabeza de familia, y eso es duro.
Me enseñó que, en lugar de estar toda la semana diciéndoosla que no, luego sería un sí y que para qué enfadárselos si luego iba a cambiar de opinión.
Y a que este texto me va a penalizar por empezar más de tres frases con el mismo encabezamiento, pero me da igual.