La mayoría de la cosas que acumulamos son inútiles y superfluas. Vemos las cosas, queremos las cosas gratuitas y no le damos valor. Vemos las cosas como si fuera gratuitas por que nos salen baratas o nos las regalan. Siempre buscamos cómo hacer las gratuitas.
Recibes todos los días noticias, informaciones, gratuitas; en la redes, gratuitas… Etcétera. Y solo le damos valor y nos echamos atrás cual gato agazapado, sigilosamente, cuando hay que invertir. Nos mantenemos en la lucha y huida en el que no me vean, a ver si me van a pedir algo.
Y eso es porque no valoramos. Vemos las cosas como si fuera gratuitas por que nos salen baratas o nos las regalan.
«Toda acumulación tiene un coste oculto», decía Séneca. Más siempre no es más. Cuando experimentas el lujo, los bienes materiales, no te quedas satisfecha, quieres más, anhelamos más. Y buscas, compras otras cosa y como ya la tienes, quieres la siguiente.
Conseguir cosas no nos hará felices porque después queremos otras.
Reflexiones de la vida tuyas y mías
La verdadera libertad no se consigue con la saciedad de lo deseado sino con la supresión del deseo. La verdadera riqueza reside en querer menos. Conseguir cosas no nos hará felices porque después queremos otras y no le damos valor. Reclamamos a nuestros hijos que cuando tienen un regalo no lo valoran lo suficiente y que lo desenvuelven con gran energía y entusiasmo hasta que en dos minutos dejan de prestarle atención o se queda sin pilas. La película de Toy Story es una lección en sí misma no solo para los niños sino para nosotros.
Anoche viví una noche impresionante, sencilla con MiniYo la magia de un musical espectacular, The book of mormon, en el Teatro Calderón un autobús, un paseo por las calles de Madrid, unos recuerdos de mi infancia que me hicieron más fuerte y que compartí con ella y donde estuvimos llevando a cabo sin que lo supiera, micro decisiones por segundo, aprende tú, enseña a tus hijos.
Pasamos por una tienda mítica de telas donde le han confeccionado un maillot y se la descubrí. Jamás se hubiera imaginado que la exclusividad de su maillot venía de esa tienda donde traen los tejidos más delicados y donde millones de mujeres y hombres han pasado para crear sus diseños.
La verdadera riqueza reside en querer menos cosas materiales. “Ambicionad carismas mejores que aun os voy a mostrar un camino mayor… el amor”, dice San Pablo.
Vivir en valores como el respeto, la confianza, el autocontrol dominar el arte de vivir es más valioso que la riqueza o el éxito externo. Nadie se va a acordar o le vas a importar por el dinero que tienes sino por quién eres y cómo eres. Por tu ser.
Ser tu mejor versión, confiar y seguir el camino del Padre, es todo lo que se necesita para vivir una vida feliz y plena.
¿Eso quiere decir que no seas rica?
No, en primer lugar la riqueza debe llegar de forma buena y poniendo el trabajo. “La mujer, el hombre sabio no se considera indigno de los regalos”, pero no se queda en ella. Tienes la riqueza pero no te dejas poseer por ella. Tienes tu riqueza y la utilizas la inviertes en crecer tu.
La riqueza suele ser un extra que llega cuando actuamos bien y expresamos nuestro yo más elevado. Cuando metemos en la ecuación del EGO (Ending God Out) a Dios.
La aceptas y la vives con orgullo pero sin aferrarte a ella. Sabiendo que la puede perder. Tenerla o no tenerla no debería suponer ninguna diferencia.
Es como el sol y la lluvia. Te alegras y disfrutas porque salga el sol como por un día de lluvia como hoy.
Disfruto de poder disfrutar de algo y al mismo tiempo soy indiferente a ello. Acepto el sol cuando lo tengo y soy feliz cuando no lo tengo y esta la lluvia y soy feliz escuchando las gotas de la lluvia.
Puedes perder o te pueden quitar algo, pero a ti no te puedes perder. Todo lo que aprender y vives en. Ti nadie te lo puede quitar. Puedes vivir con riqueza, tan solo que no te apodere y que inviertas en eso que tanto deseas.